La industria vinícola lleva empleando glicol en su producción desde hace años, si como lo lees, en la producción de vino se emplea anticongelante.
El glicol desempeña un papel muy importante en la producción del vino, particularmente en el control de la temperatura durante ciertas etapas del proceso. Vamos a ver el paso a paso de cómo se emplea.
La historia del anticongelante en la industria vinícola
El anticongelante y el vino son grandes aliados desde hace años, incluso podemos encontrar referencias en Wikipedia de un gran escándalo que hubo en 1985.
Con los años, el uso de los anticongelantes en la industria alimenticia ha avanzado a niveles exponenciales. Haciendo su uso seguro para la salud de las personas e incluso potenciando la prevención de enfermedades.
El empleo del glicol en la industria vinícola
Los enfriadores de glicol en las bodegas se utilizan durante el proceso de fermentación de la vinificación. Su objetivo principal es controlar la temperatura durante la fermentación.
La temperatura de la solución de glicol va a depender del tipo de vino que se esté produciendo y la preferencia de cada enólogo, pero la mayoría de los enfriadores de glicol en una bodega operan en un rango de 2 a 10 °C, siendo de 7 a 15 °C para recipientes de vino.
Como ya hemos comentado anteriormente, el papel del anticongelante es vital para la producción de esta bebida alcohólica.
¿Pero en qué parte del proceso lo es más?
Control de temperatura en la fermentación del vino
Durante la fermentación alcohólica, donde los azúcares del mosto se convierten en alcohol, es crucial mantener una temperatura controlada.
El anticongelante se utiliza en los intercambiadores de calor para regular la temperatura del tanque de fermentación o la temperatura del mosto.
En ese momento, el glicol circula a través de serpentines o chaquetas ubicadas en los tanques, extrayendo o liberando el calor según sea necesario para mantener la temperatura óptima para la actividad de las levaduras y el desarrollo de aromas.
Estabilización del frío
Una vez haya fermentado, el vino puede someterse a un proceso de estabilización en frío para eliminar impurezas y precipitar sedimentos. En esta parte del proceso también se emplea el glicol, más concretamente en los intercambiadores de calor, para enfriar el vino rápidamente y facilitar la clarificación.
En definitiva, el glicol ayuda a mantener la temperatura constante y baja en los equipos de estabilización, lo que acelera el proceso de mejora y eficiencia.
¡Muy importante! La utilización del glicol en este tipo de producciones debe ser controlada y regulada para evitar cualquier contaminación o alteración del producto final. Como productor de vino debes seguir las normas y regulaciones establecidas para garantizar la calidad y seguridad del vino.
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